miércoles, 27 de mayo de 2009


Mientras no te liberes, palabra, de la forma esclava
de ti misma.
Mientras sigas la senda del agrado hacia aquello que no tiene
suficiencia.
Mientras caigas una y otra vez en la sustancia de lo que te condena.
No serás libre para llevar el aire del espíritu a la vela de los
seres que convocas.

Tu esclavitud es de premisas fabricadas en las mentes de aquellos
repitientes del decir que se estila.
Aquellos que inventan las canciones que se cantan siempre al
día a día
y no suelen pensar en otra estrofa, ni en otra vida.

La esencia no entiende de palabras, ni de formas alternas
a su ser, es destello de vida y de substancia que elije su camino
y hacer.

La vida no entiende de estructuras de hombres
pendientes de hacer mundos,
es silente instante de momento presente y
dueña de sí misma hasta su muerte.